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miércoles, 24 de julio de 2019

EL PODER DE LOS SUEÑOS.

🏆La máxima victoria es ganarse a uno mismo🏆.

El camino hacia la cima es, como la marcha hacia uno mismo, una ruta en solitario. Ahora, ya podemos decir que es “oficial”. Ya tengo mi PLAZA. Hace apenas unos meses pensé en tirar la toalla. Vaciar todo el trabajo de tantos años por el retrete. Sin más. Sin miramientos. Mi vida dejó de tener sentido al perder repentinamente a mi persona favorita. Mi talismán. Mi faro en cualquier día del año. Cualquiera puede pensar que es lo normal, ya que perder a una madre es algo irreparable e infinitamente doloroso, pero, os puedo asegurar, que mi madre era un ser muy especial y excepcional. Nuestra relación englobaba más allá de la función maternal y superaba los límites del cariño y el amor a unos hijos. Una mujer valiente que desde el minuto cero apostó su vida por mí, un bebé sietemesino con muchas ganas de vivir. Siempre me lo ha recordado cuando me ha visto con la cabeza baja o el ceño fruncido. Es más, a todo el mundo se lo contaba, ya sabéis, cosas de madres. Pero sí, ninguno lo tuvimos fácil, íbamos prueba a prueba luchando contra un destino que nos ponía bajo las cuerdas. Elegimos la opción de comernos el mundo contra todo pronóstico.

Sin duda, hoy es uno de los días más felices de mi vida. Todos los opositores hemos soñado millones de veces con este momento. Sí, el leer tu nombre en el PDF de los asignados. Después de tanto tiempo luchando, obtengo una victoria teñida de rabia y dolor en unas oposiciones durísimas con un corte altísimo. El trabajo se ve recompensado. Jamás podré agradecerle todo lo que ha hecho por mí. "Mamá, nada me gustaría más que compartirlo contigo", le repito todos los días mientras le doy las gracias. Os aseguro que hubiera abandonado todo esto hace tiempo. Sin ella, no hubiera sido posible. Las piedras en la mochila me pesaban ya demasiado. Ella, encontraba siempre las palabras de calma. Sabía tocar las teclas necesarias para reiniciarme y volver al día siguiente mucho más fuerte. Los que me conocen bien saben mi grado de exigencia y trabajo. Soy de extremos. Y es que, ya lo dijo Bukowski: “Encuentra lo que amas y deja que te mate”. Y ahí, estaba yo metido. Camuflé mi duelo en quemar el último cartucho que los sueños prometieron mientras me destruía en jornadas infernales de estudio. Por ella. Por mí. Por los dos.

Me he tatuado a pulso lento que vencer es un arte que se aprende en las derrotas y, por ello, hasta el último día, he tragado mi dolor y me he secado las lagrimas para poder levantarme de la cama. Si todavía sigo en pie, significa que puedo resistir casi cualquier tipo de prueba y, es que, no os dejéis engañar. Opositar es una profesión de riesgo. Perderás salud, amigos, parejas y tiempo. Sí, el valor de los instantes se esfuma. Mucho tiempo que no vuelve y, en muchas ocasiones, no será recompensando. Una verdadera carrera de fondo llena de caídas en la que tendrás que limpiarte los raspones para poder continuar. Raspones convertidos en cicatrices en un sistema lleno de casuísticas que no siempre puedes controlar y dominar.

No obstante, llega un momento que observas lo bonito de arriesgar todo por un sueño y, destrozado, la vida te da una revancha. Te da tregua. Te da una nueva oportunidad. Te sorprende en esos días más oscuros. Aprendes a vivir como si fueras a morir mañana, y aprendes a vivir como si fueras a estar aquí para siempre. Por ello, a mis compañeros/amigos que siguen ahí, sufriendo, os digo que busquéis el equilibrio. Por favor, no abandonéis. Ojalá volváis más fuertes que nunca, los chavales os necesitan. Aquí me tenéis. Sin condiciones ni pretextos. En un sistema bastante absurdo, hay algo que no lo es: lo que podemos hacer por los demás. De verdad, contad conmigo.

Sin mas. Únicamente me queda estar sumamente agradecido a todas los amigos y compañeros que me han cuidado o dedicado una palabra o un gesto bonito. Y ya no solo este año o, en los momentos de duelo, sino en cada colegio que he estado luchando por una Escuela Pública de calidad compartiendo multitud de vivencias, proyectos, actividades, viajes y muchísimo aprendizaje. Siempre lo digo, el secreto es no dejar de aprender. No hace falta que os nombre. Daros por aludidos. Aquí hay un cachito de cada uno de vosotros/as. Y sí, también, a mi alumnado. Esos locos bajitos que han hecho que siga teniendo ilusiones. Educando cuerpo y alma. Creyendo en la sociedad del futuro. Construyendo una escuela por y para todos/as.

Por supuesto, no cerraré mi reflexión sin acordarme de mi familia. Mi tesoro. Pequeña pero muy fuerte y sana. Muy verdadera. Mis líderes en la sombra que nunca fallan. Esto también es vuestro. Por cada gesto, por cada detalle, por cada palabra o, simplemente, por cada silencio. Manejar el silencio con un opositor dolido es más difícil que manejar la palabra. Por ello, volveremos a sonreír fuerte a la vida, a pesar de que perder a alguien que amas es alterar nuestro mundo para siempre. Y no lo superas, ya que la grieta nunca se cierra, pero, os aseguro, que haremos lo posible por reconstruirnos. Paso a paso. En contra de las circunstancias. Unidos, muy unidos, lo que querría mamá.

💓Os quiero con locura💓.